Ya os había comentado las ganas que tenía de probar esta tinta fotosensible, así que aprovechando el sol que hace ayer me puse manos a la obra.
Después de algún que otro intento fallido y mucho pensar decidí tratar de estampar mis propios dibujos en la tela. Como aún no tenía muy claro los efectos decidí coger tres muestras con tres dibujos distintos y exponerlos diferente tiempo a ver si se notaban diferencias de tono.
El proceso es muy sencillo. En este caso, siguiendo las instrucciones, agité el bote con el tinte y luego lo apliqué sobre la tela. Para ello no utilicé el rodillo que viene en el kit porque no me gusta como reparte la tinta, no la deja homogénea y se pierde mucho en mi opinión. Yo prefiero utilizar un pincel. Luego sequé el exceso con papel de cocina absorbente. Es cierto lo que he leído en el blog de que en este caso menos es más y por eso es conveniente eliminar el exceso de tinta.
Luego puse el dibujo, que había realizado previamente con un rotulador permanente sobre un papel fotográfico, y lo saqué a que le diese el sol.
Estos son los resultados que obtuve en los diferentes tiempos de exposición (5, 10 y 15 minutos respectivamente):
Tengo más pruebas en el horno así que ya os iré contando.
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